Pasaron algunos días, antes lo intenté pero no podía.
Me quedé colgada un 3 de noviembre, y el 6 de diciembre me puse a llorar.
Cuanta tristeza... Me faltabas tú.
Una mueca cargada de nostalgia y de amor.
Que difícil se hace abrazar lo que ya no está, aunque viva en nuestra memoria.
Cuanto te echo de menos, ni te lo imaginas...
¡Mamá!
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