
Las relaciones humanas, los lazos de amistad, son algo más que palabras puntuales que llegan y salen de nuestra vida, al ritmo de la música o de cualquier flautista de Hamelín.
Me quedo con lo duradero, con las vibraciones y corrientes de simpatía que fluyen de forma natural y nos hacen crecer como individuos. Con la cercanía. Con esos silencios llenos de palabras. Con las personas de carne y hueso aunque no pueda tocarlas o mirarlas.
No preguntarme cual es la magia o como he descubierto lo que se... No podría decirlo.
Lo que si sé, es que la amistad se parece a ella.
Martha, amistad eres tú.
2 comentarios:
Pero mirá que sos poeta, ¿eh? Escribís tan lindo...
Gracias por este privilegio: que me llames Amistad.
Gracias a ti, Martha.
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